25.4.07

Mi fortaleza es Dios...

Hoy me ha dejado inquieto la lectura de los Hechos de los Apóstoles 16,22-34, presentándonos una escena donde el carcelero ante la situación en la que se ve comprometido piensa en quitarse la vida y contemplo que ciertas veces los acontecimientos, también los que parecen los más infelices, pueden ser en realidad el preludio de encuentros providenciales y conducidos por la mano de Dios. Así ha estado para el carcelero y para su familia: de una tragedia, él ha encontrado la verdadera vida, y no digo con esto que para conocer la Buena Noticia, debamos pasar por tragedias, no, simplemente que en nuestras tragedias podamos reconocer y aceptar a aquel que nos da la esperanza; Jesús. Y la pregunta que me hago es ¿Estamos seguros que todas las desgracias que nos ocurren se deben considerar como tales?¿Porque de nuestros miedos?. Tratemos de tener una mirada de fe para mirar todo lo que nos ocurre con los ojos de Dios, e indudablemente tendremos muchas sorpresas. (Mauricio Martínez R)

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