13.5.07

Si uno me quiere, observará mi palabra.

Jesús le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho. Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman ! Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. (Juan 14,23-29). Reflexión Es difícil apartarse de una persona a que se quiere, sobre todo cuando se sabe que tal persona se aleja de nosotros para no volver más. Tal fue el sentimiento de los apóstoles ante las palabras de Jesús, que ellos habrían perdido su presencia entre ellos. Pero Jesús les invita a ir más allá: Él les advierte que siempre estará con ellos y el Espíritu Santo recordará a cada uno sus palabras. Por tanto el Espíritu será su Consolador, el que los acompañará a comprender todas las cosas que Jesús les ha enseñado. La fe tiene pues el poder de hacer presente entre los suyos a Dios. También para ti, para mí esta promesa es válida: Sólo se trata de ir más allá de la apariencia para entrar en la dimensión de la fe. (Mauricio Martínez R)