Dios te dio la vida el 1º de octubre de 1972. Y tú se la entregaste el 18 de septiembre de 1998. En el Chocó dejaste la memoria de tu sonrisa, de tu vida buena, de tu arte, de tu amor a la Virgen María, a tus hermanos marianistas, a las comunidades negras e indígenas de Lloró, a los pobres de la Tierra. Tu amor, en fin, a Dios y a la Vida. Esa vida tuya tan corta, pero a la vez tan rica y tan densa, no fue en vano. Nos dejaste tu testimonio: el ejemplo de un joven cristiano comprometido hasta las últimas consecuencias. Michel : - Enséñanos a ser alegres, como tú lo fuiste; - a ser solidarios con quienes nos rodean, especialmente con los que más lo necesitan, como tú lo fuiste; - enséñanos también a darlo todo por Dios y por los hombres, hasta la vida misma, como Jesús de Nazareth y tú lo hicisteis; - finalmente, enséñanos, Michel, a afrontar la vida con alegría, con generosidad y con “berraquera”. El río Atrato cantará siempre la canción de la vida y así como él no dejará de brotar agua, así tu vida hará brotar hombres y mujeres capaces de engendrar vidas alegres, comprometidas y disponibles. Gracias por hacer el camino que Cristo recorrió. Gracias a Dios, porque sabemos que estás RESUCITADO !!!
18.9.07
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