Te escuche y mis ojos no dejaron de llorar, fueron tus tímidas manos, que las mías tocaron, para pedirme un pedazo de pan. Era el Padre nuestro en mis labios. Pero mis oídos, no escucharon tus palabras y te dije no tengo tiempo, voy deprisa. Me fundí con el viento, huyendo de tus pupilas dejando tus manos vaciás. Y en la tarde me acerque a la eucaristía, recibiendo de tus manos ese pedazo de pan Y escuche en mi corazón... hijo no te lo puedo negar. Sé que me miraste en la mañana, y me querías saludar. Mi Señor la excusa era un pedazo de pan, que mis manos no te quisieron regalar (Mao)
26.9.07
Un pedazo de pan...
Publicadas por Armonía Espiritual a la/s 9/26/2007 07:55:00 p. m.
Categorías: RINCON POETICO
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