Fiesta en un lugar

Las gotas de lluvia se reían haciendo estremecer los bosques de un solitario lugar donde se preparaba el hogar de un bello riachuelo, al caer, la tierra parecía gozarse de su suavidad y los animales huían como no queriendo ver la fantasía de un amor no pasajero. Los castillos formados sigilosamente en miniatura por las hormigas, dejaban saltar a la vista un bello espectáculo. Los saltamontes preparaban sus cánticos para festejar lo que humanamente llamaríamos el invierno; mas ellos se regocijaban del gran regalo del cielo. De pronto unas gotas frías y tímidas inundaban el lugar y lo insectos amontonados uno tras otro aparecían como desordenados rompecabezas, una risotada se lanzaba escapando de la furia de los rayos, pero el sol saliente suavizaba tal escándalo, la lluvia retornaba tímida y sigilosamente bajo el canto de colibríes y el salto de los nacientes peces que alababan entre cantos de emoción. ¡viva! ¡viva! Eran las voces que salían del lugar, dando gracias a Dios , por el aliento en un nuevo caminar, escribiendo en frases doradas mensajes de paz para a los otros habitantes que creyéndose ausentes no querían escuchar la voz de la naturaleza que el mismo ser humano quiere acabar. (Mauricio Martínez R)